Domingo, Marzo 4, 2012 | Por Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, 4 de marzo (Aleaga Pesant, www.cubanet.org ) -Algunos
de los abandonados edificios de los desaparecidos Escuelas Secundarias
Básicas en el Campo (ESBEC) e Institutos Pre Universitarios en el Campo
(IPUEC), otrora baluartes de la revolución educativa del gobierno
militar cubano, se reconstruyen ahora para reciclarlos como prisiones,
según un oficial del Ministerio del Interior en la Provincia Artemisa,
que pidió el anonimato, y otras fuentes.
Las antiguas escuelas secundarias y preuniversitarias del Plan Ceiba,
ubicadas en el municipio Caimito, de la provincia Artemisa, Jorge
Dimitrov (Ceiba 7), Simón Bolívar (Ceiba 5), Leoncio Prado (Ceiba 9),
Vicente Pérez Noa (Ceiba 4) y Turcios Lima (Ceiba 2), en las cercanías
de las poblaciones de Caimito y Ceiba del Agua, ya se convirtieron en
prisiones para hombres y mujeres.
La fuente indica que los centros penitenciarios son clasificados como de
"menor rigor", y los reos internados allí trabajaran en los campos de
cítricos, o en los almacenes provinciales del MININT en Ceiba del Agua.
Las mujeres, internas en los edificios de la antigua Ceiba 6, Yuri
Gagarin, la mayoría de las cuales son convictas de prostitución, asedio
al turismo u otros delitos afines, trabajaran en un taller de costura,
para el cual ya se instalan las maquinas necesarias. La fuente añadió
que la mayoría de los reos hombres son convictos de corrupción.
Durante medio siglo el gobierno militar se vanaglorió de realizar una
verdadera revolución en la educación de la isla, que comenzó con la
llamada campaña de alfabetización a principios de los 60, la creación de
varias universidades y la proyección de la enseñanza politécnica. Uno
de los más repetidos lemas de la propaganda política de la dictadura
rezaba: "Convertir los cuarteles en escuelas".
Más tarde vinieron las escuelas en el campo que, según las autoridades,
se basaban en el principio de combinar estudio y trabajo para la
formación integral de los alumnos; pero pronto se convirtieron en un
verdadero dolor de cabeza financiero, para el Estado, y familiar, para
las familias de los educandos, que eran alejados del hogar en la difícil
edad de la adolescencia. Más recientemente el gobierno cerró todos los
Institutos Pre Universitarios existentes en las ciudades, dejando a los
estudiantes la única opción de becarse en los centros construidos en el
campo. El descabellado proyecto contribuyó a la descomposición de la
familia, y generó altos niveles de promiscuidad, pre delincuencia,
además de bajo rendimiento económico y académico.
Con la llegada de Raúl Castro a la presidencia del país, los
incosteables ESBEC e IPUEC fueron cerrados y algunas de sus edificios
fueron convertidos en edificios de viviendas, otros en prisiones,
mientras que un grupo importante de estas edificaciones, en lugares como
Isla de la Juventud y Jagüey Grande, permanecen abandonados.
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