Las filmaciones en las prisiones de los periodistas oficialistas
(www.miscelaneasdecuba.net).- Al parecer, los periodistas oficialistas
Dalia González Delgado y Sergio Alejandro Gómez, al publicitar las
declaraciones de los presos amenazados o los paramilitares, están
incitando a la juventud a que cometan delitos en las calles para poder
mejorar sus vidas en las prisiones o en los campamentos de trabajos
forzosos CETEM.
El martes 16 de abril en el noticiero de la TV cubana se mostraron otra
vez declaraciones de presos que manifestaban sus excelentes condiciones
de vida en la cárcel, donde pueden estudiar y trabajar devengando
elevados salarios.
El miércoles, se publicó en el periódico Granma, en la última página,
las informaciones sobre las prisiones de los periodistas antes mencionados.
No sé adónde quieren llegar estos periodistas, manipulados por personas
que saben que todo lo que están diciendo es mentira.
De creer las informaciones de estos periodistas parecería que ahora en
las cárceles y en los campamentos de trabajo forzoso CETEM, se vive
mejor que en libertad.
En algo están claros: en las prisiones, cuando las rejas se cierran, es
otro mundo. Aunque no tienen necesariamente que cerrarse las rejas para
cometer violaciones de derechos humanos.
Con sus historias y su propio lenguaje, los presos comunes reclaman ser
defendidos y protegidos de las violaciones, torturas, la falta de de
racionalidad, los actos degradantes e inhumanos, las golpizas, las
celdas de castigos, las ofensas verbales, o los traslados fuera de su
provincia por decir la verdad sobre los abusos a que están sometidos los
presos por carceleros que son analfabetos funcionales.
¿De qué trabajo socialmente útil, de qué derecho hablan? ¿De qué
rehabilitación? ¿De qué ayuda que se le da a los familiares si solamente
la caja de resarcimiento les cobra a los presos la deuda cientos de
veces y nunca terminan de pagarla?
En la penitenciaría de Quivicán, los presos trabajan en la fábrica de
PROVARI, una empresa que pertenece al MININT. Al pobre recluso Lázaro
Michel no le quedó más remedio que mentir, porque si no lo hacía le
quitaban los beneficios penitenciarios. En algo dijo la verdad: prefiere
estar trabajando como esclavo que estar encerrados en una celda las 24
horas del día. De los 700 y 800 pesos en moneda nacional que dijo
cobrar, le dan 200 pesos en moneda nacional, y a veces menos: el resto
se lo descuentan los jefes de la prisión para sus beneficios.
Algunos de los supuestos presos que fueron filmados trabajando, en
realidad eran carceleros vestidos de presos.
En la prisión de Ariza, en la provincia Cienfuegos, en los primeros días
del mes de abril, un preso solicitó que lo dejaran trabajar y se buscó
una paliza, y una celda de castigo.
Los campamentos de trabajos forzosos CETEM, son campamentos de esclavos.
Los internos trabajan sin ningún tipo de protección físicas, muchos de
ellos descalzos. Son obligados a trabajar más de 12 horas diarias, sin
que les paguen el horario extra.
Existen campamentos de trabajo forzoso donde los presos tienen que
caminar a diario distancias de hasta más de 14 kilómetros.
Los albergues son construidos con techo de tejas, el piso de tierra o
cal. Los baños son turcos, donde imperan todo tipo de insectos, y ratas.
Las cucarachas se pasean por las pertenencias de los presos. No tienen
agua en muchos de estos campamentos; en otros, el agua que utilizan está
ligada con tierra y moho. El alumbrado es un bombillo para un
destacamento de más de 50 reos, que con el tiempo se quedan sin vista.
Por la manera en que se manifiestan estos reporteros, pareciera que en
las prisiones y campamentos no existe ningún tipo de problemas, los
presos son mejor tratados que en sus casa, y cuando salen en libertad,
con su estudios avanzados, son reintegrados a la sociedad.
En Cuba hay más de 70 mil presos de ambos sexos en más de 100 cárceles
cerradas. En ellas a menudo se producen hechos de sangre. Muchos presos,
asfixiados por tantos maltratos, se suicidan o cometen autoagresiones.
Hay enfermos críticos que extinguen sanciones cuyo estado de salud es
incompatible con el régimen penitenciario. Entre ellos, numerosos presos
con trastornos mentales.
La falta de asistencia médica, la mala alimentación, el hacinamiento,
son constantes en las cárceles cubanas.
Los presos, desesperados, recurren a las huelgas de hambre para reclamar
sus derechos.
Decenas de mujeres a diario acuden ante organismo gubernamentales como
el Consejo de Estado, la Fiscalía Militar, la Fiscalía General de la
República, las Oficinas de Atención a la Ciudadanía del Minint, la
Dirección de Cárceles y Prisiones para denunciar los abusos contra sus
hijos, esposos, o familiares allegados. Cuando no les dan solución, que
es la mayoría de las veces, se ven obligados a recurrir a los activistas
de derechos humanos.
He conocido a muchas madres desesperadas de tantos abusos, cansadas de
que las peloteen, con miedo a que el interno fallezca sin que las
autoridades se ocupen de sus casos.
Parece que para los periodistas Dalia González y Sergio Alejandro Gómez,
es mejor vivir en las prisiones y campamentos de trabajo forzoso, donde
todo está resuelto y los internos no tienen ningún problema. Según
ellos, las cárceles cubanas son las mejores del mundo, los carceleros
están capacitados para cuidar a los presos, que cuando salen en libertad
lo hacen convertidos en profesionales, con sus títulos universitarios,
sanos y saludables, aptos para reintegrarse a la sociedad. ¡Qué bien!
Espero que presenten pronto en la TV algún interno que haya alcanzado el
título de periodista y que esté trabajando en el Noticiero.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=39227
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