Ventajas del encarcelamiento en Cuba
Jueves, 18 de Abril de 2013 14:03
Escrito por Víctor Manuel Domínguez
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) Los pasos tambaleantes,
des-rumbados, de viejito cagalitroso dopado con una buena dosis de
anfetaminas, rectifican su curso y Cuba marcha hacia la plena
dignificación presidiaria del individuo y la individua, como bien
señalara el filósofo y feminista carcelario, José María "Cuscús" Trapero.
Durante su intervención oral efectuada en un aula-calabozo de la cátedra
Ventajas del Encarcelamiento en Cuba, de una de las más de cien galeras
de máximo nivel de la Universidad Penitenciaria Combinado del Este
(UPEC), en la Habana, aseguró que nuestro país es una isla-prisión al
servicio de los humildes, para los humildes y con los humildes de la nación.
Luego de ser ovacionado por un destacamento de jineteras-prostitutas que
estudian sexología, y un grupo de drogadictos aunados en los
laboratorios del establecimiento penal para conocer la influencia de la
marihuana y la cocaína en quienes viven la Guerra en Tiempos de Paz en
Cuba, Cuscús Trapero disertó sobre los Centros de Altos Estudios
Carcelario del País.
Pero antes, y a petición de una banda de cuatreros que se licencian en
medicina veterinaria después de no dejar una vaca con cabeza, ni tan
siquiera un mu en los potreros y corrales de Artemisa y Las Tunas,
explicó los privilegios y ventajas que tiene un ciudadano común al ir a
prisión.
De acuerdo con Cuscús, el privilegio para los desprotegidos, patas por
el suelo y sin padrinos que los bauticen es total, pues en la UPEC no
encontrarán a ningún neo burgués gerente, a un militante de alto nivel
en el partido comunista de Cuba, y ni por asomo a un corrupto general.
Además, indicó, las ventajas son muchas para quienes ingresan en la
UPEC, ya que aparte de poder mentir con autorización, tienen la
oportunidad de compartir con otro reo-estudiante un calabozo
climatizado, con jacuzzi pegado a la pared, colchón de agua en la
litera, un televisor pantalla plana, una mesa de billar y una
computadora conectada a Internet, como si vivieran en una habitación de
un integrante del Comité Central.
Es más, continuó, pueden estudiar todos los oficios y profesiones
habidos y por haber, aunque al cumplir la sanción los graduados en
ingeniería tengan que vender maní, los enfermeros café, las sexólogas
chupa-chupa, y los veterinarios matarifes aclarias en el malecón. Lo que
importa es el título, señaló Cuscús, soplándose los mocos en el
periódico Granma de hoy.
Interpelado sobre la maternidad en prisión por un señor que decidió
pasar sus vacaciones en el penal, no tanto por las comodidades cinco
estrellas que ofrece la UPEC, sino por reconciliarse con su esposa
sentenciada a 20 años por ocasionarle Lesiones leves que le sacaron un
ojo, le hicieron perder un pie, los dedos de una mano, una oreja y parte
de la nariz, Cuscús expresó:
"Aquí se puede parir. Las internas gozan de la mejor atención sanitaria
a nivel mundial. A medida que avanza en su gestación, se le suma un
médico cada mes, hecho que facilita que horas después del parto, la
criatura pueda disfrutar de un juego de béisbol, entre la novena de la
salud y una integrada por los guardias del penal". "La recreación sana
es sagrada en este lugar".
"Y eso no es todo, señaló. Acá las cunas, los culeros desechables, las
palanganitas, los mosquiteros, los tetes, las ropitas de bebé y el resto
de la canastilla, son gratis y exclusivas, pues nunca en más de medio
siglo de revolución se han podido encontrar en ningún establecimiento
del país".
"Pero como si fuera poco, agregó, los niños nacidos en prisión no sufren
el trauma de que se les quite la leche a los siete años de edad (no les
dan), ni se les enseña a corear ¡Seremos como el Ché!, entre otras
ventajas de parir en la UPEC u otros Centros de Altos Estudios
Carcelarios del país".
Preguntado además sobre cuáles son los requisitos para entrar a la UPEC,
José María "Cuscús" Trapero respondió.
"Son pocos y justos. Si usted es negro no se tiene que esforzar. Eso es
mérito suficiente para ingresar a la UPEC, como recompensa por tantos
años de discriminación. De ser gay o lesbiana, sólo debe cometer un
delito menor, como formar grupos en cualquier sitio de la ciudad. Para
los provincianos, vivir en La Habana sin estar en el registro de dirección".
Y antes de culminar su intervención, expresó: "En cuanto al ciudadano
común, para lograr la matrícula ipso facto sólo tiene que abrir la boca
más de lo debido y pedir libertad de expresión y asociación, llamar
corruptos a un integrante del Buró Político, o decir que la revolución
es pura mierda.
De cumplir estos requisitos, ni siquiera le harán prueba de ingreso para
ser aceptado en la Universidad Penitenciaria Combinada del Este! (UPEC)
Eso se lo aseguro yo, "Nefasto "El carcelero"
Para Cuba actualidad: vicmadomingues55@gmail.com"
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/7134-ventajas-del-encarcelamiento-en-cuba.html
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