'A partir de ahora no tienes nombre': ser prisionero en Villa Marista
Este jueves será lanzado a la venta el testimonio del inglés Stephen Purvis
Lunes, marzo 20, 2017 |  CubaNet
MIAMI, Estados Unidos.- El testimonio del arquitecto inglés Stephen 
Purvis que será lanzado a la venta el próximo 23 de marzo cuenta cómo 
este hombre que llegó a Cuba como empleado de una compañía extranjera 
terminó en el lugar más temido por los cubanos: los calabozos de Villa 
Marista.
El periódico The Guardian publicó un resumen de lo que será este libro, 
a la venta ya en la web.
A le habían ofrecido un trabajo como director de desarrollo con Coral 
Capital, una empresa de inversión y comercio, y decidió mudarse a la 
isla con su esposa.
Su tarea era buscar oportunidades de joint venture con el Gobierno 
cubano. Los proyectos incluyeron el primer campo de golf que se 
construyó en la isla desde la revolución de 1959, y la remodelación del 
hotel Saratoga.
"La última vez que vi a Purvis en La Habana fue en 2011, pocas semanas 
antes de su arresto, en una fiesta de Año Nuevo (yo había sido el 
corresponsal de la BBC en Cuba entre 2002 y 2007), pues la llegada del 
Año Nuevo es una gran cosa en Cuba, en parte porque coincide con el 
aniversario de la revolución castrista y allí estaban nada menos que dos 
de las hijas del general Raúl Castro", señala el periodista Stephen 
Gibbs para The Guardian.
Era el mismo período en que proliferaban los arrestos a empresarios 
extranjeros en Cuba, entre ellos los canadienses Sarkis Yacoubian y Cy 
Tokmakjian. Raúl Castro había desatado una "ola anticorrupción".
"La sensación de un destino inminente estaba creciendo día a día", dice 
Purvis, que admitiría haber sido "un idiota" por no dejar la isla cuando 
todavía podía. No lo decidió así porque estaba convencido de que no 
había hecho nada malo.
Sin embargo, el 8 de marzo de 2012 lo detuvieron. Una flota de Ladas sin 
matrícula se detuvo estrepitosamente frente a su casa al amanecer. Se lo 
llevaron esposado, la cabeza entre rodillas, a una casa anónima de 
estilo art decó cerca del aeropuerto. Allí, fue acusado de actuar un 
"enemigo del Estado".
Purvis fue aconsejado de no contratar a un abogado y cooperar 
inmediatamente. Luego fue llevado a Villa Marista, uno de los cuarteles 
de la Seguridad el Estado cubana.
Uno de los oficiales de allí, cuando le informó de las reglas del lugar, 
le dijo: "A partir de ahora no tienes nombre" y le asignó el número 217.
En un fragmento del libro sobre la entrada a Villa Marista se lee:
"Este lugar fue originalmente destinado a ser un seminario, pero ahora 
no hay ningún signo de ninguna inspiración celestial. Dios ha abandonado 
el lugar y está en las manos del lado oscuro. Aquí es donde se encierra 
a los presuntos agentes de la CIA, donde los funcionarios purgados se 
arrepienten y donde todos los cubanos temen pisar. Aquí es donde el 
contratista estadounidense Alan Gross fue interrogado durante meses y 
meses para tratar de probar que era un espía y no un activista judío. 
Esta es su Lubyanka, su cuartel general de la Gestapo. Estos toscos y 
verdes bloques están diseñados para extraer confesiones, reales o 
fantásticas, para paralizar mentalmente a los enemigos del Estado. Tiene 
una temible reputación de tortura psicológica".
"Salimos a un amplio corredor… Me empujan a una habitación de lado y me 
ordenan poner todas mis cosas encima de un colchón repugnante, sucio, 
manchado de mierda. Una almohada manchada con sangre es tirada en la 
parte superior. Miro fijamente la sangre con incredulidad, una ola de 
desesperación dentro de mí…"
"Me arrastro, ahora casi catatónico. El guardia tiene una cadena larga 
que lo rodea y un enorme bastón de goma bamboleante que golpea contra la 
pared mientras marcha. Todo está en silencio excepto por el goteo del 
agua, el chirrido de las botas de los guardias y el sollozo de un hombre 
en una celda…"
Source: 'A partir de ahora no tienes nombre': ser prisionero en Villa 
Marista CubanetCubanet - 
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