Si de cárceles se habla
[23-08-2013]
Ariel Lázaro Fenrández González
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- No es de extrañar para nada que todos los
días alguien se quite la vida en alguna de las prisiones que el régimen
cubano mantiene a lo largo de toda la isla, y es que para entender este
fenómeno hay que haber pasado por la amarga experiencia de estar en
ellas pues de otra forma nunca se logrará llegar a la verdad.
Y es que en ese ambiente hostil uno ve todo lo imaginable y lo no
imaginable para un ser humano empezando porque puedes encontrar los
sufrimientos y la degradación del ser humano en un sitio tan pequeño
como los barracones donde son internados entre 80 y 150 hombres, muchas
veces incluso durmiendo en el suelo pues las literas de tres pisos no
alcanzan para todos y el número de presos se puede llegar a duplicar.
A esto se suma las paupérrimas condiciones que presentan las prisiones
lo que hace más difícil la coexistencia pues el agua en muchas ocasiones
llega por improvisados tubos, 2 veces al día por espacio de 30 minutos
obligando a los recluidos a llenar tanquetas, la alimentación es escaza
y con malísima calidad pues los productos que se destinan a la misma son
robados por los oficiales o los civiles que trabajan en el penal.
Otro tema que afecta es el de la salud pues los puestos médicos casi
siempre están desabastecidos y los pocos medicamentos que hay están
pasados de la fecha de vencimiento y cuando llegan los suministros en
vez de destinarse para atender a los enfermos son desviados por los
médicos para luego ser vendidos en la bolsa negra local por familiares o
amigos para engrosar el paupérrimo salario que reciben.
Las golpizas y los maltratos están a la orden del día y sólo tiene que
mediar una palabra para que el reo sea esposado a la espalda y
juntándose varios sicarios le propinen un brutal paliza y para colmo de
todo en vez de enviarlo a la enfermería lo internan en las infrahumanas
celdas de castigo negándole todo tipo de derechos hasta tanto no se
restablezca, en eso es experto el tristemente célebre Teniente Calunga
de la prisión 1580 del municipio San miguel del Padrón en la capital.
Y aunque parezca increíble cualquiera puede encontrar de todo en las
prisiones como si estuviera en casa desde alcohol hasta drogas que pasan
los controles militares gracias al soborno que aceptan los encargados de
velar por la supuesta reeducación de los sancionados y que en no pocas
ocasiones han provocado tragedias como la ocurrida hace unos años en la
Prisión Combinado del Este donde murieron varias personas luego de que
un puñado borracho incendió un comedor atestado de indefensos reos.
Pudiera extender este escrito hasta el infinito mas no es el objetivo
del mismo, más bien es denunciar la maquinaria estatal traga-hombre y la
podredumbre existente en el Sistema Penitenciario Cubano donde los seres
humanos son tratados como fieras y donde triunfa como en la selva el más
fuerte, además de estar lleno de sobornos, abusos, maltratos y escasa
alimentación.
Source: "Si de cárceles se habla - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/52170f4e3a682e11cc2d6a07
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