viernes, 16 de agosto de 2013

El niño que nació preso

El niño que nació preso
Jueves, Agosto 15, 2013 | Por Alejandro Tur Valladares

Yunieski Cardoso Calaña es padre de un niño que aún no tiene nombre. Su
hijo nació en circunstancias que le impiden cobrar una identidad. La
madre, Milene Bedoy Masía se embarazó en la prisión de mujeres La
Sabana, ubicada a 9 Km de la ciudad de Cienfuegos. Por lo que el bebé,
con pocos días de nacido, comparte forzosamente la experiencia de una
cárcel.

Lo habitual en estos casos es que la madre reciba una licencia
extrapenal por mínimo de un año para que transite la maternidad y el
nacimiento. Pero la progenitora no ha podido gozar tal beneficio. Según
su marido, Yunieski, la Teniente Coronel, al frente de la prisión,
Dallana Marrero Cabello, no autoriza la licencia.

Pocos meses lleva en prisión Milene, y debe cumplir 9 años por un
presunto delito de proxenetismo. Fueron las visitas conyugales las que
permitieron quedara preñada. El nacimiento se adelantó. Se practicó la
cesárea. Sin recobrarse de los dolores, fue regresada a la cárcel, 72
horas después de haber ingresado para parir.

Yunieski aun no ha podido ver a su hijo. La Teniente Coronel que comanda
la prisión le ha dicho que ella tiene potestad sobre todo lo que respira
tras las rejas, que existe un reglamento inviolable, que las visitas al
pequeño las tendrá cuando le corresponda visitar a la madre, eso si no
comete alguna indisciplina.

El padre exige que se le deje ver el bebé cada vez que él decida, pues
la criatura no está presa. Pero la oficial le replica que desde el
momento que el niño entró al recinto carcelario está sujeto al
reglamento. "El niño será tuyo, pero aquí la que manda soy yo, si no te
conviene arranca con el niño y llévatelo". Con cinco días de nacido, la
militar sabe que eso es imposible.

La cunita en la enfermería de la penitenciaría es el pesebre donde
Milene amamanta a su niño. Sabe que su crio está expuesto a la pésima
higiene del lugar y a los peligros naturales del reclusorio, por eso
casi ni duerme. Problemas con sus compañeras de encierro son los que
sobran y teme que otra reclusa pueda emprenderla contra el bebé.

En el momento que escribo estas líneas, madre y niño habían sido
regresados al hospital materno. Problemas con la presión arterial de la
mujer sumada a la ausencia casi absoluta de leche en sus senos complican
el panorama.

Inclemente Teniente Coronel, acaso tanto tiempo entre sancionados hace
que pierda la sensibilidad. El niño tiene derechos que son sagrados, el
primero de ellos la libertad. Darle la licencia que contempla el
reglamento es lo correcto, negarla es un acto de crueldad.

Source: "El niño que nació preso | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=47985

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