27-06-2011.
Yanier Osoria Hernández
(www.miscelaneasdecuba.net).- Santiago de Cuba. Hago un llamamiento ante 
la ONU, la Comisión de Derechos Humanos, la Unesco, las iglesias de todo 
el mundo y demás organizaciones e instituciones que luchan por un mundo 
mejor, donde los derechos humanos no sean pisoteado o negociado.
Quisiera que el mundo piense ¿cómo se puede reeducar a un recluso que un 
día cometió un delito  si no le dan la oportunidad de corregir sus errores?
Esto pasa en Cuba con los sancionados a cadena perpetua que no se  les 
da el derecho al estudio y donde mucho apenas saben escribir o leer 
¿cómo puede  ese recluso  reintegrarse  un día a la sociedad si se pasa 
las  24 horas del día escuchando palabras obscenas, historias de atracos 
y fechorías?
Más bien cada minuto se hunde en el lodo de la ignorancia, ignorancia 
que los hace un punto débil  para continuar delinquiendo.
El gobierno cubano no se preocupa en el más mínimo por ayudar a estos 
hombres que un día cometieron un delito, pero que hoy se arrepienten 
ante Dios y ante el hombre. Muchos de ellos cayeron en prisión siendo 
casi unos niños, eran jóvenes iletrados  y sin ninguna esperanza de un 
mundo mejor.
Algunos entraron a la prisión con 21 o 22 años de edad, ahí se le 
tronchó  el camino con la sanción de cadena perpetua.
Nosotros en sí no culpamos a nadie, ni tratamos de evadir la sanción, 
solo exigimos que seamos tratados como verdaderas persona,  donde 
tengamos el derecho al estudio y al trabajo para poder mantenernos  en 
la propia prisión y así serle una carga menor a la familia.
Deseamos gozar de todos los derechos que un ser humano tiene   cuando se 
hable de asistencia médica.
Quizás muchos de los que lean o escuchen estas palabras crean que es 
mentira, pero de todas los cadenas perpetuas del país  el 1 % de ellos 
han tocado alguna vez una computadora, el resto jamás la ha visto y 
mucho menos tiene la esperanza de que su sueño se haga realidad, y esto 
es en pleno siglo XXI.
Estaremos muy agradecido que aboguen por nosotros y ayuden a corregir 
nuestras faltas, confiamos en su benevolencia y que la paz de Dios nos 
abra nuevos caminos, Dios los bendiga.
Yanier Osoria Hernández desde la cárcel Boniato en Santiago de Cuba.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32746
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