domingo, 24 de abril de 2011

Testimonio de un sobreviviente

Testimonio de un sobreviviente
4/24/2011 04:00:00 AM
Texto transcrito por Magaly Norvis Otero Suárez.

Camagüey, 22 de abril.― Soy el único sobreviviente del bárbaro crimen
ocurrido, el 29 de julio del año 2007, donde fueron asesinados mis dos
compañeros Carlos Rafael Labrada Osen, de 23 años de edad, y Amauri
Medina Puig, de 28 años, en el renombrado centro de tortura Kilo 8, en
Camagüey, desde donde declaro a la opinión pública nacional e
internacional, a todas las organizaciones de derechos humanos la
realidad de los hechos a través del Centro de Información Hablemos
Press, agencia de prensa independiente que me ha dado esa posibilidad.
Mi nombre es David Vera Guerra, uno de los tantos presos que han sido
torturados bajo este régimen castrista.
Todo comenzó, el 19 de mayo del 2007, cuando cuatro prisioneros
agredieron a Carlos Rafael Labrada, quien se encontraba durmiendo en el
destacamento número 7 y con un objeto punzante le dieron cuatro
puñaladas perforándole un pulmón por dos parte. Gracias a Dios aunque
estuvo grave con peligro para la vida, se salvó.
Los cuatro presos que cometieron el hecho los mandaron para una celda
de castigo donde permanecieron 10 o 15 día, posteriormente fueron
ubicados nuevamente en el destacamento donde se encontraba Carlos
Rafael que se recuperaba de la operación a la que fue sometido.
Allí convivimos con ellos entre ofensas y rencilla por un tiempo, hasta
que el día 29 de julio decidimos nosotros mismos acabar con todos esos
insultos por nuestros propios medio.
Le arrebatamos las llaves al guardia de la celda donde se encontraban
los reos del problema. Cuando intentábamos abrir la celda uno de los
militares que aún trabaja aquí, Luis la Barba conjuntamente con otro
militar conocido por Florida, agredieron a Carlos Rafael salvajemente.
Salí inmediatamente de mi celda con un pincho en la mano y les dije
que el problema no era con ellos.
En ese momento más de 50 militares llegaron armados con palos y
cabillas, comenzaron a golpearnos salvajemente por todo el cuerpo,
sobre todo por la cabeza. Carlos Rafael murió en el acto, unos de los
golpes en la cabeza le provocó la muerte instantánea. Amauri lo dejaron
casi muerto y a mí me golpearon hasta dejarme sin conocimiento.
Nos arrastraron a los tres por los pies hasta el puesto médico. Allí
recobré el conocimiento y vi cuando los militares le tiraron un cubo
de agua hirviendo a Amauri al ver que agonizaba y lo quemaron.
También vi el cuerpo ensangrentado ya sin vida de Carlos Rafael tirado
en el suelo como si fuera un perro.
Fuimos montados en una ambulancia y nos llevaron para el hospital
Provincial de Camagüey. Al ver el estado en que se encontraba Amauri fue
directo al salón de operaciones donde los médicos no pudieron hacer
mucho por salvarle la vida y murió producto a los golpes y las
quemaduras que le proporcionaron los guardias de la prisión Kilo 8.
Me salvé de milagro. Me operaron la cabeza; me cogieron 25 puntos de
sutura en la frente, tenía en mi cuerpo seis puñaladas.
Soy el único sobreviviente de esta masacre. A los días de operado y no
en completa recuperación fui llevado para la prisión Cerámica Roja
donde me metieron en una celda de castigo por 3 meses y 18 días.
Escondiéndome hasta de mis familiares para que no vieran en el estado en
que yo me encontraba.
Posteriormente, me trasladaron nuevamente para la prisión Kilo 8. Cuando
llegué, los propios guardias que habían asesinado a mis amigos y
golpeado salvajemente a mí, me amenazaron y me dejaron claro que a ellos
no le costaba trabajo matarme a mí también.
Desde la fecha, he sido sometido a decenas de maltratos y humillaciones.
Aún permanezco en celda tapiada, en primera fase, régimen de mayor
severidad porque según ellos (los militares) soy de un alto potencial
delictivo y no estoy acto para convivir con los demás prisioneros.
Estos nombres son de alguno de los militares que estuvieron involucrados
en el horrendo crimen, ellos son: Lasi, Montenegro, Parra, Orlis, Luis
de Barba, Angelito, faltan muchos más que desconozco sus nombres.
Esta es la verdad. Es el testimonio que en pleno juicio y facultades
doy a conocer. Soy David Veras Guerra, vecino de la Finca El Piñón, La
Sierrita, Cumanayagua, Cienfuegos. Único testigo del crimen ocurrido el
29 de julio del 2007, donde fueron asesinados Carlos Rafael Labrada Osen
y Amauri Medina Puig.
Me encuentro confinado en la prisión de máxima severidad Kilo 8 en la
provincia Camagüey.

Etiquetas: condiciones carcelarias en Cuba, represion

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