Prisioneros del castrismo: Ernesto Borges y Sosa Fortuny
PEDRO CORZO
Una de las características que distingue a la prisión política del 
totalitarismo castrista es que muchos de los que guardan prisión en Cuba 
pertenecen a diferentes generaciones y proceden de canteras ideológicas 
y políticas que en un momento del pasado fueron enemigas, lo que 
garantiza en cierta medida la pluralidad de pensamientos y la diversidad 
de opiniones de cómo debe ser restablecida la democracia en el país.
La prisión política del castrismo no tiene un comparable en el pasado o 
presente del continente. Sus singularidades son muchas, entre otras, el 
número de personas que han estado presas y los años que los condenados 
han cumplido. El régimen de trabajo forzado al que son sometidos, sin 
obviar la vesania de los carceleros que responden con satisfacción a la 
vileza de sus caracteres y a las malvadas instrucciones de sus jefes.
Es fundamental en la consecución del objetivo de una sociedad 
democrática, la tolerancia y la disposición a superar las diferencias 
entre quienes por sus orígenes y formación tienen ideas e historias 
personales contrapuestas, ejemplos de este contexto son Ernesto Borges y 
Armando Sosa Fortuny, ambos prisioneros políticos desde hace muchos años.
Armando Sosa Fortuny desafió el totalitarismo. Lo hizo, si bien, 
probablemente nunca sea declarado preso de conciencia, aunque le sobra 
la dignidad y entereza que le ha faltado a muchos.
Partió de Cuba clandestinamente, pero no para vivir mejor, sino para 
prepararse para luchar por la democracia y la libertad de su patria. 
Desembarcó en octubre de 1960 con la misión de derrocar la dictadura. 
Uno de sus compañeros murió en combate, diez fueron fusilados, entre 
ellos tres estadounidenses.
Permaneció 18 años en prisión. En 1994 con 52 años, retornó al combate, 
por convicción, no por amor a la violencia. No pensó en la tranquilidad 
de un hogar, ni en la seguridad económica, simplemente respondió una vez 
más para cumplir con el compromiso contraído con su patria.
Armando, 42 años tras las rejas, es un ejemplo de entereza y compromiso 
con sus ideales. Lleva más de la mitad de su vida preso. Esta enfermo 
pero no se rinde, un ejemplo de decoro para quienes son siervos de la 
dictadura.
Su compañero de presidio desde 1998, quizás no se conozcan, es Ernesto 
Borges Álvarez, nació en 1966 en pleno furor revolucionario. Su 
formación fue radicalmente opuesta a la de Sosa, quien ya estaba tras 
las rejas.
La escritora y periodista Angélica Mora, especialmente sensible con la 
causa democrática cubana, ha expresado en varias ocasiones su 
preocupación por el estado de salud de Borges, quien lleva 19 años 
presos, acusado de contraespionaje.
Borges estudió en un preuniversitario del Ministerio del Interior en 
Isla de Pinos donde estaba recluido Sosa Fortuny. Por sus resultados 
escolares y vocación personal fue enviado a Moscú para pasar la escuela 
superior del KGB que terminó con expediente dorado. A su regreso a Cuba 
trabajó en la Dirección General de la Contrainteligencia.
Posteriormente fue trasladado como analista para el Dpto. 1, y designado 
primer oficial en el trabajo de enfrentamiento a la Oficina de Intereses 
de los Estados Unidos de América, donde elaboró una parte de la política 
de esa dependencia en 1998.
Borges Álvarez soportó la tentación totalitaria con entereza admirable. 
No se dejó seducir por las prebendas del poder. Rechazó los privilegios 
que disfruta la elite política castrista. Supo decir no, porque como 
escribiera hace años Kewes S Karol en China: el otro comunismo, vivir en 
la URSS formaba a los anticomunistas más convencidos y Borges no fue una 
excepción aunque le ofrecieron numerosos platos de lentejas.
Borges Álvarez y Sosa Fortuny son prisioneros del castrismo pero no sus 
siervos. Han dedicado una parte importante de su existencia a pelear por 
sus convicciones. Ambos arriesgaron la vida y la continúan arriesgando, 
a pesar de que no son pocos, parafraseando a José Martí, quienes en las 
dos orillas ponen sus habilidades y conocimientos al servicio de la 
dinastía castrista.
Periodista de Radio Martí.
Source: Prisioneros del castrismo: Ernesto Borges y Sosa Fortuny | El 
Nuevo Herald - 
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article158851059.html
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