Testimonio de un preso común
[24-04-2014 11:25:02]
Dania Virgen García
Cuba por Dentro. Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- Esta es la verdad sobre el preso común 
Yosvel Román Ramos, miembro activo de la Unión Patriótica Cubana, 
(UNPACU). Aquí está su testimonio.
"¿Qué es un preso común? ¿Acaso no es todo aquel que se encuentra 
privado de libertad? Sin embargo, me adelanto a los dictadores y les 
digo que sí, yo soy un preso común. Pero lo que me diferencia y me 
distingue dentro de la población penal, es que me opongo abiertamente al 
régimen dictatorial, que tiene sumido en el dolor a nuestro pueblo.
Desde muy joven logré comprender que las cosas de mi país no estaban 
bien. Considero que hasta un niño es capaz de darse cuenta, pues los 
niños, al cumplir los 7 años, quedan privados de un alimento tan vital 
como la leche. ¡Qué ironía! José Martí lo dejó bien claro: "los niños 
son la esperanza del mundo".
Desde muy joven caí en prisión. Por aquel entonces, mi rebeldía estaba 
mal encausada. No obstante, a medida que me fui adentrando en los 
asuntos de la oposición interna, fui concentrando mi energía en la lucha 
abierta contra los abusos cometidos dentro de las prisiones en que me he 
encontrado.
A consecuencia de este drástico cambio y forma de pensar, recibí severas 
e injustas condenas y severas torturas físicas y sicológicas. Tanto fue 
así que encontrándome en libertad condicional, en el año 2002, fui 
acusado el 10 de diciembre de haber hecho dos llamadas telefónicas, al 
jefe de sector de mi localidad, amenazándolo de que lo iba a matar.
Siendo una gran mentira, ante la injusticia que se estaba cometiendo 
conmigo, me les evadí del Hospital de San Cristóbal, en aquel entonces 
en la provincia de Pinar del Rio, pero tanto era el ensañamiento de los 
esbirros de la dictadura con mi persona, que le dijeron a mi difunta 
abuela que había una orden de tirarme a matar, que era mejor que me 
entregara, que mi problema se iba a resolver. Mi abuela, por preservar 
mi vida, y que el problema se resolviera lo más rápido posible, me 
entregó, pero como ellos son los padres de la mentira, lo que me estaban 
preparando era otra jugada.
Así fui sancionado a un año de privación de libertad por evasión.
Tan solo estuve cuatro meses de libertad y empezó esta larga cadena de 
causas injustas que tenían preparadas de antemano. En el año 2003 fui 
nuevamente enjuiciado por el supuesto delito de desorden penitenciario. 
Fui sentenciado a otro año de privación de libertad. Todo por exponer 
ante mis compañeros de reclusión una verdad suprema: las constantes 
violaciones de los derechos humanos.
En el 2004 fui vuelto acusar por el delito de desordenes, cuando 
socorría a un recluso herido por una riña tumultuaria. La sentencia fue 
de cinco años y cuatro meses. Trascurrieron tres años, donde me mantuve 
firme en mis convicciones. Por ello, en el 2007 recibí una brutal 
golpiza por el capitán Jorge Cruz, jefe de orden interior del penal 5 y 
Medio, en la provincia de Pinar del Río. Tan grande es la desfachatez 
del mal llamado sistema de justicia cubano, que se me acusó de atentado 
y desacato y fui sancionado a tres años de reclusión, y transferido 
nuevamente para la prisión de Taco Taco.
En el año 2008, en la prisión mencionada, por no querer cubrir mi cuerpo 
con el vergonzoso uniforme color gris con los que visten a los presos, 
fui agredido y golpeado hasta soltar sangre por el capitán, Duarte 
Toledo, jefe de orden interior. Por mi familia acusarlo en fiscalía 
militar y, yo no querer retirar la causa, me involucró en menos de un 
mes, en una nueva causa con el opositor Juan Miguel Valdez Mayor, que 
estaba siendo golpeado con ensañamiento, y fui nuevamente acusado, esta 
vez por un tribunal militar. Me condenaron a seis años por desorden 
penitenciario.
Con todo lo que me hacía la policía política y los militares de las 
prisiones, no podían hacer cambiar mis ideales. Dicen que los que no 
claudican tienen que estar siempre preparado para pagar el precio. Por 
todo eso es que nunca han dejados de hacerme daño física y sicológicamente.
Después de cinco años de la última causa, en el 2013, me volvieron 
acusar de desorden en la prisión de Guanajay, Mayabeque, donde me 
encuentro ahora, porque cogen frente a mi celda en el pasillo central, 
un pedazo de lata que se encontraba en el pasillo central, frente a mi 
celda, dijeron que servía para una agresión. Fui sancionado a otro año 
más por desorden.
Si existe alguna diferencia entre causas comunes y causas políticas, 
entonces hace mucho que Yosvel Román Ramos dejó de ser preso común. Es 
por ello que en mis exigencias por mi libertad inmediata me he declarado 
varias veces en huelga de hambre. De hecho, en una de ellas pasé 78 
días, lo que me provocó una hepatitis C y una gastritis crónica. En ese 
estado fui brutamente golpeado y me lanzaron varias veces contra la 
pared, a pesar que mi cuerpo apenas se sostenía. Esta hazaña la cometió 
el capitán Ramón Miranda, jefe de orden interior del penal Kilo 8, en 
Pinar del Rio, mientras vociferaba que "a los contrarrevolucionarios 
singados lo que había era que colgarlos".
Es tan grande el ensañamiento contra mi persona que me han sacado lejos 
de mi provincia con el objetivo de que en esas prisiones de régimen 
severo, me sigan torturando físicamente, y maltratar a mi familia en 
viajes largos y difíciles.
La asistencia médica que he recibido por mis enfermedades ha sido 
pésima: llevo años en espera de tratamiento.
La mano de hierro de los militares dentro de las prisiones contra los 
presos contestatarios, la he sentido de manera implacable. No obstante, 
mis pensamientos políticos, son más lúcidos que nunca, pues ahora sí 
están bien encausados.
En el año 2008 pasé a formar parte del Partido Democrático 30 de 
noviembre-Frank País, en el cual realicé infinidad de actividades. Tuve 
el privilegio de ser el vocero de los huelguistas de la prisión de Kilo 
8, en protesta por la muerte del incansable luchador Orlando Zapata 
Tamayo, misión encomendada por Michel Suárez Cruz, preso político, y por 
Rafael Suarez Aviló, miembro del Partido 30 de noviembre.
Para estar en contacto directo con la oposición en la calle, en el año 
2012 dejé de ser parte del 30 de noviembre y entré en las filas de la 
Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), dirigida por José Daniel Ferrer.
Sobre todas las cosas mi posición ha sido denunciar todos los abusos, 
torturas, actos degradantes e inhumanos que cometen los carceleros, y 
despertar en la población penal, el sentimiento de rechazo al régimen de 
los Castros, y la conciencia de que todos los cubanos podemos hacer uso 
de nuestros beneficios contemplados en cada artículo de la Declaración 
Universal de los Derechos Humanos.
Mi sanción por delitos comunes ya la extinguí, ahora me enfrento a otros 
10 años y seis meses como sanción conjunta por supuestros delitos que 
considero inaceptable. Sobran testigos que confirman que no he sido otra 
cosa que una víctima más de este régimen, puesto que la oposición cubana 
se encuentra bajo el zapato de hierro de una dictadura avasalladora, 
donde no tienes derecho a nada, sin libertad de palabra o pensamiento, 
sin protección judicial ni constitucional, con tanto abuso, torturas y 
asesinatos.
Por lo tanto, me considero secuestrado dentro de una prisión por el 
régimen que nos oprime"
Source: Testimonio de un preso común - Misceláneas de Cuba - 
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5358d86e3a682e1388753804#.U1jvV_mSwx4
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