¿Hay prisioneros políticos en Cuba?
Pocos asuntos pueden ser tan sensibles en Cuba como el de los 
prisioneros políticos
Para el gobierno es simple: no existen, pero una organización opositora 
lucha para lograr su reconocimiento
Alexandre GROSBOIS/AFP
LA HABANA
Pocos asuntos pueden ser tan sensibles en Cuba como el de los 
prisioneros políticos. Para el gobierno es simple: no existen, pero una 
organización opositora lucha para lograr su reconocimiento.
Aún se recuerda a un gobernante Raúl Castro visiblemente molesto cuando 
desafió a un periodista que lo interrogó sobre el tema, durante una 
inusual conferencia de prensa junto al presidente Barack Obama en marzo 
en La Habana.
"¡Dame la lista!", interpeló Castro a su interlocutor. Hubo silencio. El 
mandatario quiso demostrar así que no había prisioneros políticos en la 
isla comunista.
LOS ROSTROS Y LAS CAUSAS INCLUIDAS EN LA 'LISTA DE LA DISCORDIA' EN CUBA
Al opositor Elizardo Sánchez, quien pasó más de ocho años en las 
cárceles cubanas, le hubiese gustado enviarle la lista que actualiza 
anualmente. Sin embargo, sus intentos no prosperaron.
Su organización, la Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDH), lleva la 
cuenta de los que considera presos políticos en un país donde los 
juicios suelen ser reservados.
Según el más reciente censo de la comisión, que funciona de manera 
ilegal pero tolerada, hay 93 detenidos "por motivos políticos o 
procesados y condenados en relación con procedimientos de motivación 
política".
Sánchez los discrimina así: 51 presos de conciencia, 31 acusados de 
delitos contra el Estado y 11 detenidos de la llamada primavera negra de 
2003, que ahora están en libertad condicional.
Los críticos cuestionan que una lista de prisioneros políticos incluya 
por igual a activistas pacíficos, excarcelados o a condenados por 
espionaje o terrorismo.
Incluso forman parte de ella cubanos que quisieron salir del país 
secuestrando aviones o barcos.
"Nosotros incluimos a prisioneros condenados por delitos contra el 
Estado, que es un delito político", replica Sánchez. Además, "en la 
cárcel, la vida de ellos es mucho más difícil que para los otros" 
prisioneros.
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o Human 
Rights Watch no avalan el listado de Sánchez, porque Cuba no les 
autoriza el ingreso a la isla.
"Cuando Amnistía Internacional no reconoce a los prisioneros de 
conciencia (…), es simplemente porque no tenemos los medios para 
verificar toda la información", explica Louise Tillotson, de la oficina 
de Amnistía para las Américas.
Lo mismo ocurre con muchos gobiernos extranjeros, que son rápidos en 
denunciar la represión en Cuba, pero nunca se atreven a dar cifras de 
prisioneros.
A finales de 2014, Cuba dejó en libertad a 53 detenidos a quienes 
Washington llamó abiertamente prisioneros políticos. Su liberación se 
produjo como parte del acercamiento histórico iniciado entre los dos países.
Con frecuencia, Sánchez propone a las grandes organizaciones de DDHH que 
reconozcan el carácter político de algunos casos, pero el proceso de 
validación puede ser muy lento.
"A veces proponemos un nombre, y un año después nos dicen que fue 
validado, pero nosotros decimos: ya salió (de la cárcel) la semana 
pasada", afirma.
En Cuba son pocas las voces no oficiales o de oposición que intervienen 
en esta discusión. Una de ellas es la de Jorge Serpa, obispo de Pinar 
del Río (extremo oeste).
"Hay personas que han cometido delitos que son considerados contra el 
Estado, entonces, tengo que concluir que son por problemas políticos", 
afirma el prelado, sin arriesgar tampoco cifras.
El obispo dirige la Pastoral Penitenciaria, un organismo independiente 
con acceso directo a las prisiones.
Para Michael Shifter, presidente del centro de pensamiento Diálogo 
Interamericano, con sede en Washington, la controversia no está 
exclusivamente en las cifras.
"Cuba tiene presos políticos, pero quizás no tantos como algunos 
pretenden. Dado que el nuevo método consiste en realizar detenciones de 
corta duración, se hace difícil establecer con exactitud el número de 
prisioneros políticos", afirma.
Cada domingo, las Damas de Blanco organizan caminatas de protesta que 
por lo común terminan con el arresto temporal de las manifestantes. 
Grupos afines al gobierno las rodean e insultan antes de que agentes del 
Estado las suban a la fuerza a sus vehículos.
Horas después son liberadas. "El tema de los prisioneros políticos se 
vuelve menos relevante cuando la táctica del Estado consiste en 
multiplicar los arrestos de corta duración", juzga Tillotson.
Una estrategia que ante todo busca "intimidar y hostigar" a los 
opositores, agrega.
En 2015, la CCDH registró 8,616 arrestos por motivos políticos, una 
cifra ligeramente inferior con respecto a 2014 (8,889). La mayoría se 
ajusta al nuevo patrón de "intimidación" que denuncian los analistas 
externos.
Source: ¿Hay prisioneros políticos en Cuba? | El Nuevo Herald - 
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article82690302.html
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