La ejecuciónes simuladas en prisiónes cubanas
Los políticos cubanos debieran hacer una investigación como el Senado
estadounidense sobre las torturas a prisioneros en las cárceles durante
el "Periodo Especial" y, desde 1959: Ejecutaban a los prisioneros con
balas de salva
lunes, diciembre 15, 2014 | Julio Cesar Álvarez
La Habana 11 de diciembre de 2014. La Agencia Central de Inteligencia de
Estados Unidos (CIA) utilizó el ahogamiento simulado para obligar a
hablar a los terroristas de Al Quaeda. La Dirección de Establecimientos
penitenciarios de Cuba (DEP) también utilizó en su momento la tortura
sicológica de la ejecución simulada para mantener la disciplina de los
prisioneros en sus centros penitenciarios.
La convención contra la tortura no permite "circunstancias
excepcionales" en las que se pueda vejar a detenidos. Así lo reconoció
recientemente el senado de los EEUU en la difusión de su informe sobre
las torturas de la CIA contra terroristas en la administración del
presidente Bush, hijo.
En Cuba, también se tortura. En la tenebrosa cárcel de Kilo 7, los
presos gritaban contra las golpizas a otros presos. De tenebrosa
memoria son las celdas de castigo. Los fusilamientos fusilados llenan
las memorias del presidio político cubano de las décadas del 60 y 70.
Cuando en el llamado "Periodo Especial" las carencias y el hambre
dispararon los niveles de descontento en el pueblo, la Dirección de
Establecimientos Penitenciarios implantó un régimen de terror sicológico
y físico contra la población penal. Su objetivo era evitar posibles
desordenes o amotinamientos en los centros penitenciarios debido a la
escasez en los suministros de las prisiones.
Volvieron a utilizar las ejecuciones simuladas. Quienes estuvieron
encarcelados a principios de los años 90 en la Prisión Especial de
Camagüey (Kilo 8) sufrieron dicha práctica.
Se implementaba principalmente en los llamados días de la defensa (son
los días en que se entrena militarmente al pueblo y a las instituciones
del Estado a combatir a una supuesta invasión extranjera, y a la oposición).
La ejecución simulada empezaba temprano en la mañana. La guarnición de
la prisión se ataviaba con sus uniformes antimotines, e irrumpía con
marcha marcial en el penal con ametralladoras AK 47.
Frente a la reja de cada celda y galera se apostaban dos carceleros. Uno
de ellos armado con la ametralladora. A la orden de un superior los
carceleros primero cargaban el arma, después la apuntaban al techo del
pasillo, y todas disparaban al unísono a la orden de fuego. El ruido era
ensordecedor en cada una de las celdas.
Aunque las balas eran de salva, dicha práctica de intimidación era una
cruel tortura sicológica, que hacía temblar por su vida a más de uno, y
sembraba el pánico entre la población penal.
Cuando terminaba el ejercicio los carceleros se mofaban de las caras de
miedo que ponían los prisioneros. Los guardias más radicales le decían a
los reos más revoltosos que eso era lo que les iba a ocurrir a todos si
se atrevían a amotinarse, en caso de que cayera el gobierno, o en caso
de invasión.
No pocos reos sufrieron pesadillas mucho tiempo después de ser prohibida
esta práctica, unida a otras prácticas de tortura física y sicológica,
como palizas y privación de sueño a reclusos molestos o indisciplinados.
Los políticos cubanos debieran dejar a un lado su política de no lavar
sus trapos sucios en la plaza pública. Debieran hacer una investigación
y redactar también un informe como el senado norteamericano sobre las
torturas a prisioneros en las cárceles en el llamado "Periodo Especial"
en la década de los años 90 y, en décadas anteriores, desde 1959.
Porque si como se dice, la Convención contra la tortura no deja a nadie
afuera, ni los mismos torturadores, ni los responsables políticos, ni
los funcionarios que dan las órdenes, entonces el gobierno cubano
llenaría varias salas de un juzgado.
Source: La ejecuciónes simuladas en prisiónes cubanas | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/la-ejecuciones-simuladas-en-prisiones-cubanas/
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