Lo violaron en la cárcel y mató a su violador
Miércoles, Noviembre 27, 2013 | Por CubaNet
LA HABANA, Cuba, noviembre 2013, www.cubanet.org.- En lo último del bajo 
de Santa Ana, en Santa Fe, en una casa de tejado de zinc y ladrillos, 
vive Clara Delia  Henry Tamayo, quien se ha acercado al periodista de 
Cubanet para denunciar el caso de su esposo, Elain   Alonso  Amador, 
    de 38 años, preso desde los 16 por un delito de robo de palomas y 
que luego se complicó dentro de la cárcel   por cometer  un asesinato 
moral, al que fue condenado a 25 años de privación de libertad más.
Su esposo  ya había cumplido de su larga condena veintidós,  y  se 
consideraba  realmente rehabilitado, pero ahora le ha aparecido una 
nueva causa por evasión del penal,  proceso que su esposa Clara Delia 
quiere hacer publico. Pide un llamado de atención a los órganos 
internacionales de los Derechos Humanos, para que se fijen en el caso de 
su esposo, porque que no existió la  tal evasión,  y quiere contar la 
verdad.
Clara Delia cuenta que su esposo cayó preso en el penal Guanajay, por 
  un delito de muchacho, robo de  palomas, pero   fue violado por otro 
  reo, un delincuente que tenía  tres muertos a cuestas, y  que el 
muchacho mató a puñaladas en el baño, para cobrar su honra.
Su larga condena dice que ha sido  horrorosa, con maltrato físico, 
sexual y  psicológico. Estando  en el correccional Pre Angola, 
realizando trabajo de  corte de caña de sol a sol, fue contactado por un 
guardia de la prisión que le dijo que por cincuenta cuc le daba un aire, 
en su casa.
El contrato verbal consistía en que durante un año, el recluso no sería 
reportado en el pase de lista, algo así tan sencillo. Se llama  en el 
argot carcelario cubano  Coger un aire. Y  el recluso  llegó a su casa y 
se reencontró con su mujer  y vivieron felices por un año la vida que se 
le había negado. Trabajaron los dos como  jardineros particular y  les 
iba  viento en popa.
Se levantaban temprano y hacían trabajos de poda y ornamentos y también 
votaban basura.  Su esposo se sentía realmente reeducado. Reintegrado de 
verdad a la sociedad, el barrio puede dar fe de ellos. Su crimen fue 
moral, no era un asesino. Fue victima de la corrupción de la prisión, 
  donde todo tiene un precio y el  negocio lo dirigen los  guardias.
Pero transcurrió  el año pactado y tres meses más y el recluso  estaba 
demasiado concentrado en vivir su libertad  y echar adelante el negocio 
de la jardinería, como para pensar en regresar y  entonces fue declarado 
prófugo de la justicia.
Se entregó voluntariamente en la estación de policía  del Mariel, donde 
  lo  trasladaron  para la prisión de Taco Taco, en Pinar del Río. 
Recibido los  fuertes  castigos que reciben los fugados. Me escribe 
cartas todos los días donde me cuenta sus desgracias. En la última carta 
me cuenta, que está a punto de comenzar una huelga de hambre para 
protestar por los maltratos.
No  aceptamos  los tres años que le  van a  adicionar   a su condena, 
  que debía extinguirse  en el 2025 y  con esta nueva causa finalizaría 
en el 2028. Quiero  hacer declaración pública que no se fugó del penal, 
no abrió un túnel, ni perforó una pared, ni cruzó unas alambradas, ni 
saltó un muro.  Solo cogió  un aire, para renovar su espíritu dentro 
  tanta inmundicia.
No tuvo fuerzas para volver a encerrarse tras las rejas, donde ha pasado 
toda su vida.  Mi esposo consideró el contrato verbal con el guardia 
como un  indulto que se merecía.
Teníamos una pequeña empresa de jardinería,  compuesta por nosotros dos, 
  que estaba rindiendo. Éramos felices y estábamos viviendo nuestra 
propia vida.   Al final,  el trato con el guardia del correccional lo 
  consideramos un indulto.
Source: "Lo violaron en la cárcel y mató a su violador | Cubanet" - 
http://www.cubanet.org/?p=53752
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